En la provincia de Chanchamayo
II Encuentro de Escritores con sus lectores




Ante los últimos lamentables sucesos en la zona amazónica del Perú, el “II Encuentro de Escritores con sus Lectores” que se desarrollará en la Merced, a partir del viernes 26 hasta el domingo 28 de junio, se torna un espacio propicio para demostrar que el dialogo es la mejor manera de confrontar pensamientos, por más distintos que sean y de esta forma llegar a un consenso.
Organizado por la Asociación de Escritores y Artistas “Juan Santos Atahualpa” de La Merced, encabezado por el escritor Gotardo Cervantes Mendivil; este importante Encuentro, en esta su segunda versión, promete ser uno de los focos centrales de la cultura, que se realiza anualmente, y cuyo objetivo primordial es de “acercar a los escritores con sus lectores, y hacer que compartan el arte, creatividades, producciones y publicaciones de manera horizontal”.
En ese sentido los escritores provenientes de las regiones como Junín, Ayacucho, Apurimac, Huancavelica, Pasco y Huanuco, se darán cita en el valle de Chanchamayo para participar activamente de las conferencias, ponencias e intercambio de experiencias con los asistentes, concientes de la enorme multiculturalidad que comprende la zona central del país y sus enormes posibilidades de desarrollo como nación.
Para dicho encuentro ya han confirmado su participación los escritores: Nicolás Matayoshi, Carolina Ocampo, Hector Meza Parra, Jorge Luis Roncal, Jair Pérez, Rolando Mandujano, Gilbert Ortega, Darío Vásquez, Julio Arévalo, Elías Astete, Luís Padilla, Luís Yañez entre otros destacados intelectuales; así como grupos literarios, entre ellos destaca el Movimiento Literario “Dosamarus” de Huancayo.
Los dos primeros días del evento servirá para profundizar en las obras de los escritores invitados, y su aporte en nuestra literatura peruana, vale decir en conferencias magistrales, talleres de comprensión lectora, ponencias, presentación de obras; así como para las visitas a los colegios de la zona.
Mientras que el último día, está programado para el contacto y observación de la realidad del medio social, es decir, en los centros poblados y comunidades nativas, como fuente de trabajo e investigación.
Gotardo Cervantes Mendívil, Presidente del Comité Ejecutivo, informó qué el evento será “una fiesta intelectual, con quienes cultivan la cultura y sus lectores, asistirán profesores de las especialidades de lengua y literatura, estudiantes y la población que vive preocupada por la cultura”.
Viaje por los laberintos del cuerpo
Noche oscura del cuerpo
de J.J.Eielson




El cuerpo como materia hirviente, compuesto por trillones de células en una batalla por la supervivencia; el cuerpo como depositario de algún alma alucinada, armado de alientos divinos, una masa sinérgica, donde no hace falta que Miguel Ángel ordene gritarle, por la monstruosa perfección que gime por sí sola.

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En fin, el cuerpo como objetivo poético, una parábola contemporánea, el dilema de los pensadores postmodernos, entre ellos el “filósofo del cuerpo”, Jacques Merleau-Ponty: “el CUERPO no es un OBJETO”, Vade retro quien se atreva a decir que no existe la dualidad “Cuerpo/Alma”, porque todo pasa por ese caos violentado por la mente.

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“Pienso, (siento) luego existo”, a decir de los cuadros toscos de Francis Bacon, que todo lo desgarra, no hay estabilidad en el caballete, ni mucho menos en los pies, duele la tortura, pero más duele esa soledad, porque no hay reconocimiento con el otro, por eso el sujeto no es sujeto, es cualquier cosa, nadie puede decir que existo mientras nadie me vea, vea mi carne, porque no hay conciencia encarnada que esté provisto de escepticismos.
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Miramos por el ojo de la cerradura para contemplar al cuerpo que está recostado, haciendo quién sabe qué, pero que eso no importa cuando el vouyeur vive por el solo movimiento de su sombra, algo incompleto, que el resto es imaginado subliminalmente. Gracias Klossowki. El deseo se hace más penetrante. Lo místico es el deseo de la noche. La noche es demasiado oscura en España, en los claustros donde San Juan de la Cruz realiza su propio ritual: escribir sobre biblias viejas.

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A propósito, “la conciencia no es lenguaje” dijo el budista zen, Taysen Deshimaru, no hay lenguaje poético que asuma la responsabilidad de diseccionar lo real lacaniano, es un delito fomentar tal creencia. El lenguaje de a poesía, revierte todo lo planteado por la (con) ciencia; es el único camino por donde hay manzanos para llegar a encubrir los misterios, y todavía uno no piensa que el Árbol de la Vida es cierto.

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“Nada me vuelve más dichoso/ que el fulgor de las estrellas/ encerrado en mis arterias” este poema, vilmente mutilado, no es de Deshimaru, sino de otro que siguió sus pasos, en Italia, Jorge Eduardo Eielson, que por coincidencia cronológica es asociado a una generación peruana, y vuelto a ser mutilado como lo hice anteriormente con el poema, porque el no hizo más que seguir un camino que tendría un punto de quiebre hasta cinco años antes, es decir el día de su muerte, y que muchos aseguran que alcanzó aquello que los budistas llaman “satori”, antes de su partida a la luz.

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Noche oscura del cuerpo. Escrito inicialmente en la década del cincuenta, pero salido a la “luz” pública, luego de veinte años. Noche oscura del cuerpo, conjunción de las tradiciones, como el eclipse de luna: cristianismo místico, budismo místico. Oscurantismo e iluminación. Anulación de los contrarios. San Juan de la Cruz. Taysen Deshimaru.
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Noche oscura del cuerpo. Anteriormente y como precedente:- en fin, no hay obra que puede ser medido por el tiempo. Así lo dijo en una entrevista. En su obra mucho menos.- (1) El cuerpo de Giulia-no, la abyección en forma de belleza, el manto mortuorio sobre la morgue de Venecía. O aquella Dogaresa, el pájaro puro de las ensoñaciones. Performance que nuestra la mujer, con una gran sábana, la cubre como su fuera una placenta. Es un feto conectado al cordón umbilical, como si aún la belleza fuera parte completa de la naturaleza (El cuerpo de Guilia-no, performance, Venecia, 1972). Y los artistas, unos estúpidos niños jugando a hacer castillos de arena.

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(2)Tix. “Nunca más nos ocultamos/ Para acariciarnos soñar o defecar”; pasajes internos de la casa deshabitada, sin gatos ni perros, por lo menos. Puros baños, comedores, salas, pasillos condenados a la respiración del aire sin vida. “Y el Mundo nos pareció fresco e intacto/ Como acabado de hacer” (XV). La luna está afuera, y un tigre en un cuadro, recobra vida. “¿Para qué ha venido?, / ¿Ve usted que no hay nada?”(XXXXIX), así también son las esposas sepultadas en reinos desconocidos.

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Cuando fuimos placenta, fuimos felices, no había nada a nuestro alrededor, solo nosotros solos. Éramos anterior(es) a nosotros. Productos de la fusión deseada. Mi padre y mi madre, Adán y Eva. “Quizás el primer hombre y la primera mujer/ sobre la tierra”. Ellos son anteriores a mí, y de algún modo sus cuerpos son mi cuerpo. Y cuando ellos se van, yo me voy con ellos. “El arco iris se los lleva nuevamente,/ como se lleva mi pensamiento”.
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"Qui est je" /“¿Quién soy yo?” (Najda, André Bretón). “Je est un autre”/ “YO es otro” (Cartas del vidente, Arthur Rimbaud), para ser yo, tengo que reconocerme en el otro. El famoso “Estadio del espejo”, teoría de Jacques Lacan. Pero tengo que ir más allá, tengo que sentir lo que el otro siente, ser igual que él. Una vía directa para saber que existo, tengo necesariamente que sentir. Tener el cuerpo, pero ¿cómo comprobar de que tengo un cuerpo? “Lo que hace que yo pruebe un gran dolor es que poseo un cuerpo. Si no tuviera cuerpo, ¿qué dolor podría yo probar?” dijo Lao Tse. Aquel dolor eielsoniano vas más allá de nuestra propia materialidad. “el cuerpo entero padece/ de una enfermedad violeta/ cuyo nombre es melancolía”. “ Me duele la bragueta”.

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Porque el viaje se inicia, con la convicción de que somos hombres, o al menos que lo fuimos en algún momento. “todo lo que veo sobre la tierra/ me convence que jamas será un hombre/ ni una mujer ni una hormiga”, sin antes llegar a nuestros límites, penetrar por las zonas secretas, diseccionarnos, pero no a la manera del Leng T’ ché. “penetro corredores en corredores tiernos/ me estrello contra bilis nervios excrementos…/ caigo me levanto…/caigo nuevamente/ ante un muro de latidos”

Cuando el apocalypsis es poesía



Dato:
Dorada Apocalypsis,
Domingo de Ramos.
Tranvía editores,
Lima, 2009


Sin lugar a dudas, la poesía de Domingo de Ramos (Ica, 1960), es una de las más emblemáticas dentro del contexto de los años 80, por la propuesta de un lenguaje, que profanaba la tradicional forma de componer un poema, así como también la actitud confrontacional que tomó por esos años cuando pertenecía al entonces polémico movimiento Kloaka.
Dentro de sus más importantes producciones poéticas se encuentran, “Pastor de perros” (1993), “Luna Serrada” (1995), “Osmosis” (1996) con el que ganó el premio COPE de poesía, “Las cenizas de Altamira” (1999, vuelto a aparecer este año) y Erótika de Klase (2003) que obtuvo el Premio de poesía erótica “Oquendo de Amat” del Centro Cultural de España.
Esta vez, la poesía de Ramos ha evolucionado notablemente con “Dorada Apocalipsis”, donde construye una compleja red de voces que se entrecruzan, produciendo todo un entramado polifónico, donde lo sublime y lo escatológico hacen una suerte de simbiosis en pro de penetrar en la interior de sus personajes, que parecen ser producto de migraciones de todo tipo, y por ende de desarraigos psicológicos y/o sociales.
Y es que el móvil, de “Dorada Apocalypsis” son sus propios personajes, que van desfilando por nuestro sentidos, todos con un denominador común: que son de alguna forma marginales, fuera de toda institución oficial, y que conciente o inconcientemente establecen una conexión con la mentada “brutal decadencia” a la que muchas veces hace referencia el poeta iqueño.
Sus versos son tan extensos, que parecen nunca tener fin, a la manera de Enrique Lihn, y que mantienen el bemol, así sea para presentar situaciones tensas; no por algo diría que es “un lírico con aliento de novelista”, ya que en sus poemas se entretejen historias inacabadas, fragmentadas, de personajes como el destructor de bellezas, (Clímaco); el icono chichero (Chacalón), así como gansters y condesas, entre otras rarezas.
“Dorada Apocalypsis” es quizá parte de aquella transición, como lo fue “Cenizas de Altamira” – empero que no pierden el rumbo –, para apuntar a uno de los libros medulares en la poética ramosniana desde que inició su carrera literaria: las migraciones humanas. “este sería mi libro utópico y bello; y éste es el comienzo sin tener final” escribió en la contraportada de “Cenizas de Altamira”.
Por la senda del antihéroe




Tiene la traza de un rockero de los años 80’ y la verbosidad de un anarquista; él es Willy del Pozo o Karl Oharak (su alter ego), además de poeta marginal, es un caza talentos (o sea editor), fundador del sello editorial Altazor; esta vez se adentró a los dominios de la crónica con la publicación de “El sendero luminoso del placer”, presentado en la Universidad Continental, la semana pasada.


Entre tus publicaciones tienes más libros de poesía ¿cómo fue tu experiencia al escribir crónicas?
Las anécdotas de mi vida las fui contando en tertulias literarias de amiguetes durante mi permanencia en España cuando era estudiante universitario. Con el paso del tiempo a pedido de Jaime Quispe, un amigo periodista, las fui reuniendo y formé este volumen. Me he divertido muchísimo al releerlas más incluso que al escribirlas, y hacerlo fue un acto de desfogue, de necesidad fisiológica, pues la mayoría de ellas fue escrita de un tirón.


¿No te parece que el título de tu libro es bastante provocador?
Parece provocador e insinuante, y puede dar una concepción equivocada del contenido del libro, pero el lector descubrirá que en realidad se trata de recrear o buscar esa luz, “iluminar” el camino por el cual el protagonista discurre su existir. Y a la vez se puede concebir que cada uno de nosotros hacemos ese ejercicio de autoreflexión, que no es más que una suerte de búsqueda, una experiencia de la cual se aprende a reír, a burlarse y a mostrar la cara más descarada y desenfadada de sí mismo, a revelar los defectos con orgullo, al igual que las situaciones adversas en la vida donde se ha terminado siendo el perdedor; pero siempre orgulloso de serlo.


En tu libro se siente una marcada influencia por Ray Lóriga, lo leíste cuando estuviste en España?
Mi primer acercamiento a la literatura de Ray fue en el año 1994 cuando leí su novela “Héroes”. Lo hice después de escuchar una entrevista a José Ángel Mañas cuando su libro “Historias del Kronen” quedó finalista del Premio Nadal, entonces él comandaba a la Generación X española. Ángel Mañas mencionó a Lóriga y me interesé por sus primeros libros, los leí todos hasta “Caídos del cielo”, pero después le perdí la pista; sin embargo, no creo que exista una influencia suya conciente en mi obra, aunque quizá en el desparpajo y el descaro, en nada más.


El haber editado el libro basado en el concurso de cuentos de “Solo4”, ¿qué opinión te merece la narrativa de aquí?
He tenido la oportunidad de conocer y leer a escritores de esta región, como por ejemplo a Edgardo Rivera Martínez, Sandro Bossio, entre otros, en los que se cuenta la siempre entusiasta y muy inventiva nueva generación de narradores que se incluyó en tal antología que mencionas. En mi caso como editor siempre estoy a la caza de nuevos talentos de las letras peruanas, pues hemos editado Bibliotecas regionales de diferentes lugares del Perú, se ha trabajado con autores de Ayacucho, Ancash, El Callao, Cajamarca, cada una compuesta de 20 títulos innovadores. Existe ya un compromiso con el Centro Cultural de la Universidad Continental para la edición de una antología de jóvenes narradores de la zona.


El protagonista de tus crónicas se pasea sin ningún problema tanto en Ayacucho como en España, entre dos culturas, ¿cómo concibes la identidad dentro esos contextos?
Recuerdo una anécdota que me pasó en España. En la Universidad de Cádiz era conocido como un cholo “comunista”, todos decían que mi pensamiento estaba profundamente influenciado por las consignas del Ché Guevara, tomadas al pie de la letra de su diario de Bolivia, sin embargo, en la misma España, en la Asociación Cultural de El Puerto, me tildaban de ser un capitalista consumado, incluso y por otras razones ser casi un seudo nazi; pero yendo a los terrenos de la absoluta confidencia, en realidad me he casado con el bien y el mal, con la mendicidad y con la solvencia, con Europa y Latinoamérica, con España, Inglaterra, Brasil y nuestro Perú, por lo que soy un verdadero terrícola, mi país y mi identidad definitivamente es terrenal y más carnal y viceversa.
Crítica a la razón judicial




Doctor en Derecho Penal por la Universidad Federico Villareal, y actualmente profesor de Filosofía del Derecho en la facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la UPLA, Luís Alberto Pacheco Mandujano (Lima, 1974), publicó su polémico primer libro “Sofía y Teodoro: diálogo en torno a la prueba lógica y ontológica de la existencia de dios”; y esta vez nos presenta un libro, también revelador, “La dialéctica del hecho social, valor y norma como definición ontológica del derecho”.


¿De qué forma que la metafísica ha influido en el derecho?
Esa expresión de la filosofía, basado en el pensamiento y en la idealidad de los objetos, ese es metafísica, un constitutivo de lógicas internas muy racionales, pero que en un momento determinado advierte que no refleja lo que técnicamente no sucede en la realidad. El día de hoy ya no tenemos filosofía, tenemos epistemología, es la filosofía actual, y la epistemología no es sino la ciencia de las ciencias, es decir es el instrumento teórico a través del cual nosotros podemos tomar diversos objetos de la realidad como objetos de estudio y analizarlos bajo perspectivas científicas. El derecho lamentablemente ha adolecido muchísimo de eso, hasta inicios del siglo XX quizás el mayor aporte de un desarrollo del derecho en términos científicos ha venido del profesor austriaco Hans Welzel, quien empieza a romper progresivamente con la metafísica imperante del derecho pasado.

Usted dice que “Cuándo la sociedad burguesa desaparezca, desaparecerá el derecho”
Marx y Engels, tienen una definición clásica del derecho, dicen “el derecho es la voluntad de la clase dominante erigida en ley”, y esa definición del derecho es una definición que debe entenderse como el derecho de la sociedad burguesa, vale decir, el derecho de leyes que responde a los intereses de clase, pero aplicando la teoría marxista y haciendo un análisis de todo el proceso del desarrollo de la historia comprendemos que tarde o temprano va a llegar un periodo en el cual esta sociedad burguesa va a tener que desaparecer definitivamente, y dará paso a otro tipo de sociedad a la sociedad socialista y posteriormente a una sociedad colectiva y esta implica relaciones sobre las cuales ya no existan leyes que respondan a intereses de clase, porque no existirían ya clases sociales, sino más bien normas de carácter ético que sin dejar de ser derecho van a regular la existencia de todos los hombres en sociedad.

¿Qué cuestiona de la teoría tridimensional del derecho de Miguel Reale?
Miguel Reale tiene el gran mérito de descubrir que la esencia que determina el derecho como fenómeno social parte de fenómenos fácticos, de lo que llamamos hechos sociales, pero estos hechos sociales producen un tensamiento de naturaleza axiológico-valorativo. Reale explica que de esa tensión dialéctica surge entonces la norma, que es una norma jurídico-positiva y que se constituye en el instrumento a través del cual se impone la decisión de la sociedad a través del Estado para que rija la vida de los hombres. Pero la explicación que subyace dentro de su definición teórica, por el hecho de estar basado en un planteamiento de carácter nepositivista del extremo metafísico, nos parece que la metodología es equivocada, y rescatamos el valor epistemológico del que habla Althusser entre otros marxistas heterodoxos y anteponemos el pensamiento marxista, no como expresión de política, sino mas bien como un instrumento de análisis, epistemológico, que nos permita reformar dialécticamente para superar el planteamiento de Reale.

¿Cómo se inserta esa teoría en la praxis del derecho?
Ningún juez puede administrar justicia, porque la justicia es un valor; por lo tanto entonces lo que los jueces hacen es administrar sus decisiones jurisdiccionales; lamentablemente hay una fuerte dosis de una influencia tremenda de un pensamiento positivista, en Perú, en América Latina y parte de Europa, por el cual los jueces y fiscales en su gran mayoría dicen “el derecho se aplica sin que de por medio pueda tener un papel la ética”. Entonces la gente no comprende por qué existe un Poder Judicial que aplica normas y no justicia. Nuestro planteamiento es la exigencia de la introducción de los valores dentro de la concepción general del derecho.

¿Cuáles son sus impresiones al proceso judicial de Alberto Fujimori?
Mi total y plena satisfacción por la aplicación de una condena que reivindica históricamente al país, más allá de las concepciones políticas que nosotros podamos tener, lo cierto es que todos podemos concluir en una gran verdad: que bajo ese régimen se cometió las peores atrocidades que ha podido conocer el Perú a lo largo del siglo XX.