Retrato de un Drag Queen




Huancayo aún sigue siendo frágil, y lo seguirá siendo, con algún evento que le sea ajeno a su propia idiosincrasia, y cualquier arte que sea trasgresor y que subvierta las normas establecidas, tendrá poca fortuna en el territorio mental de la gente.

Tal es el caso de la onda Drag Queen, cuyas fronteras con el arte y la implicancia de su constitución lúdica con los roles sexuales, se place en ser espectáculo puro, de pelucas y vestidos multicolores bajo la intensidad de las luces del escenario, que a la primera vista llaman la tímida atención del espectador.
Eso lo sabe bien, Juan Carlos Cajigas, Juka para los amigos, quien desde hace años, silenciosamente, viene realizando un trabajo nunca hecho por estos lares, y que ha empezado ha fascinar a propios y extraños, cuando de pronto aparece con su personaje de Demenzia en la comedia teatral, “El vaivén de las mosquetas”, escrita por el mismo.
“Fue una de las obras que mostró por primera vez, en nuestra ciudad, el homosexualismo en todo su esplendor, por así decirlo fue un montaje que mantuvo al público desde el inicio hasta el final con esa intriga de cómo iba a terminar” nos dice Juka.
Y es que el drag para él es “Es aquel que cuando lo miras te asombras y te preguntas ‘Qué feo’, y luego sigues volteando y dices ‘pero que bonito’, y dale, sigues mirando bien y dices ¡pero está locazo!”, y no es la única pieza teatral que despierta sentimientos encontrados, a ello se suman sus unipersonales como muñeca, bajemos el telón, entre otros.
El trabajo del drag para Juka no ha sido fácil, como dijo en una entrevista anterior, por el mismo hecho de que es complicado ser mujer y “mucho más si se es una drag que tiene que exagerar todo de una mujer”. Para ello tuvo que estudiar en una escuela de drags en Lima con Fraudiamanda un famoso drag.
El arte de Juka no tiene límites conocidos, sino que se va acoplando a la tecnología musical junto con la actuación, de modo que el mismo Dj, es un espectáculo al cual podemos escuchar pero también ver, en una suerte de performance, llamado la Perfo-sonora; donde sale de la galera otro de sus personajes memorables, Paranoia Candy.
Después de años arduos de trabajo de difundir el arte homosexual en lugares como el Wasi Da Kakumba, lugar de concentración de la contracultura huancaína que deja de existir, a Juka lo espera Lima, la capital, la que cada día se abre más, y como dijo en su conmovedor cortometraje “Así soy, soy así”: las noches lo esperan, porque de él son las noches.