EL PASTOR URBANO



El poeta Domingo de Ramos (Ica, 1960), asegura que la poesía que se está haciendo en provincias va dar muchas sorpresas; él estuvo el ultimo jueves transitando las calles de nuestra ciudad y sobre para presentar en la Universidad Continental, el CD de poesía “Simplemente Pleamar” de dos jóvenes poetas, Gabriel Griss y Paulo González. El último poemario publicado por Domingo de Ramos es “Dorada Apocalipsis”.


¿Hora Zero y Kloaka al parecer persiguieron los mismos derroteros?
No tanto porque Hora Zero corresponde a su momento histórico y Kloaka igual, donde se inició la guerra interna que ha dejado cicatrices que hasta ahora no se borran, entonces Kloaka nace en ese contexto, y ese contexto es precisamente donde los poetas escribimos sobre la violencia.

¿Que los diferenciaba estéticamente?
Estéticamente creo que en un punto, que es la lumpenización del lenguaje, porque los de Kloka somos una generación de una migración, no éramos los que veníamos de provincia, sino éramos parte de una Lima que es ahora, sabíamos la movida de ahí, y que correspondía a todo una marejada de propuestas de los que ya no éramos migrantes, sino éramos una especie de nuevos limeños.

¿Se aventura a definir la poesía, a través de su experiencia?
No, yo me quedo ahí. No, sería mi testamento, pero todavía no me quiero morir (risas).

¿Cuáles son sus lecturas actuales?
Estoy leyendo poesía japonesa y China; me gustan porque es muy contrario a mi poesía, porque yo hago lo extenso. Estoy aprendiendo como captan toda la poesía en tres palabras, en un haiku.

¿Le cuesta escribir poesía?
Sí, como a todos nos cuesta mucho, porque a la vez es tan difícil escribir en un medio como es el Perú; en América Latina donde no hay incentivos de ninguna clase.

¿El poeta es un profeta como pregonaban los de Kloaka?
Contra su voluntad es un profeta, ahora que uno sea conciente de que sea profeta, bueno yo no digo nada porque es mucho ego. Yo creo que uno escribe, y lo que escribe, el tiempo lo dirá.

¿Cómo nace esa fascinación por escribir sobre personajes como Chacalón o Clímaco?
Me interesó mucho ver en este pata, en Clímaco, de clase media alta, como trató de destruir la belleza a martillazos; el tipo es un asesino, un esquizofrénico, eso no me interesó tanto. Me interesó como este tipo agarra una chica de su propia clase social, bellísima, entonces ante esa imposibilidad, ha querido esculpir con un martillo esa belleza, negar la belleza, me interesó hablar sobre ese mal, en todo caso hablaba sobre la condición humana.

¿Y Chacalón?
En el caso de Chalacón un poco que me emparentaba, que era parte de eso, porque me divertía, Chacalón tiene muchas cosas, cuando yo escribo; porque una cosa es trasladar la realidad a la poesía, devolviéndola otra forma de realidad.

Acaba de publicar su último poemario “Dorada Apocalipsis” ¿De qué trata?
En ese libro todos son personajes, ya no hay uno que relata un proceso como en “Pastor de perros”, en “Las cenizas de Altamira” hay un relato de una cultura en decadencia, y en este último libro, son simplemente personajes donde hablan de lo que les sucede y de paso hablan de lo que pasa en el mundo.